Estudiantes autónomos: libertad en el aprendizaje
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Estudiantes autónomos: libertad en el aprendizaje
Por: Yoana Rodríguez con información de la Coordinación de Innovación, Desarrollo y Exploración Académica (CIDEA) .
Estudiantes autónomos (programa de inglés)
Maestra Lilia Córdova Martínez y Maestra Paula Angélica Zulaica Gómez, profesoras del Departamento de Lenguas, ITESO. Video: Comentario de la profesora Lilia Córdova Martínez.
Desde la estructuración de Reflectir, la sección "Laboratorio de práctica" se creó para ser un espacio en el que el profesorado pudiera compartir los diversos experimentos que constantemente suceden en las prácticas docentes del ITESO, e inspirar a los demás a intentar cosas distintas en sus cursos. En esta ocasión la herramienta utilizada fue Canvas, un sistema de gestión de aprendizaje, también conocido como plataformas LMS.
La práctica se llevó a cabo en el Curso nivel 8 (último) del Programa Certificado de Inglés (PCI) en su modalidad 100 por ciento virtual. Se probó con 41 estudiantes, divididos en dos grupos y provenientes de diferentes licenciaturas.
De acuerdo a su documentación a cargo de la CIDEA, el objetivo de la materia fue llevar a los estudiantes de un nivel B1 a B2 según el Marco Común Europeo para Referencia de Lenguas, en las cuatro habilidades: oralidad, escritura, comprensión auditiva y de lectura. La metodología estuvo basada en dinámicas comunicativas, trabajo en pareja y en equipo, desarrollo de textos, comprensión de lecturas y de diálogos, ejercicios auditivos y de lectura.
En lugar de salón de clases, Canvas fue la plataforma virtual central en vinculación a otras plataformas como Google Drive para trabajos colaborativos, Flipboard (revista digital) y Padlet y Genially para presentaciones interactivas. Todo esto parte del entendido que la innovación en situaciones de aprendizaje exige considerar prácticas docentes dentro en de una cultura digital, capaces de impulsar nuevas formas de aprendizaje efectivo, significativo y que, a su vez, partan de los fundamentos del pensamiento ignaciano.
Una de las novedades fue la autoevaluación, la actividad consistió en un autodiagnóstico que permitió a los estudiantes decidir su ruta a seguir, qué actividades realizar, considerando los objetivos establecidos. El objetivo para quienes cursaron la materia fue hacerse más conscientes y responsables de sus procesos de aprendizaje, para que puedan decidir qué aprender y cómo hacerlo.
Desde lo observado por las profesoras, dieron cuenta de cómo las autoevaluaciones ayudaron a los estudiantes a encontrar áreas de oportunidad y éstos, a su vez, consideraron positivo elegir sus actividades deseadas al punto que hubo estudiantes que hicieron más actividades de las requeridas por el programa e hicieron propuestas de crear actividades respondiendo a habilidades que las profesoras no habían contemplado.